Don Segundo Sombra, Güiraldes

Ricardo Güiraldes, novelista y poeta, nació en Buenos Aires en 1886 y murió en París en 1927. Su padre, Manuel Güiraldes, hombre culto y educado, heredaría al joven Ricardo su gusto por el arte.

La familia Güiraldes se trasladó a Europa, donde permaneció un tiempo. A los cuatro años de edad y a su regreso Ricardo hablaba francés y alemán. Su infancia y adultez las vivió entre San Antonio de Areco y Buenos Aires. En San Antonio tuvo contacto con la vida campestre de los gauchos, estas experiencias las utilizará en Don Segundo Sombra. El personaje de don Segundo Sombra está inspirado en Segundo Ramírez.

En 1910 Güiraldes viaja a Europa y Oriente: visita Japón, Rusia, la India, Oriente Próximo, España para instalarse, al final, en París, y es allí en donde considera en convertirse en escritor.

En 1912 visita México, y para 1913 se casará con Adelina del Carril. En ese año aparecen varios de sus cuentos en la revista Caras y Caretas. Estos y otros cuentos de 1914 formarán parte de Cuentos de muerte y de sangre que, junto a El cencerro de cristal, se publicarían en 1915.

En 1922 Güiraldes se interesó cada vez más por la teosofía y la filosofía oriental, en busca de la paz del espíritu. Sus ideas literarias empezaban a tener aceptación en Buenos Aires.

En 1923 publica en Argentina Rosaura, influenciada por escritores franceses.

En 1924 fundó la revista Proa junto con Brandán Caraffa, Jorge Luis Borges y Pablo Rojas Paz. Tras el cierre de la revista, Güiraldes se dedicó a terminar Don Segundo Sombra (1926).

Fue integrante del Grupo Florida, un grupo de escritores que se reunían en editoriales y confiterías. En 1927 viaja a Francia, a Arcachon, y por causa de su estado de salud es trasladado a París, donde muere en la casa de su amigo Alfredo González Garaño, víctima de la enfermedad de Hodgkin (cáncer de los ganglios). El cadáver es trasladado a Buenos Aires para darle sepultura en San Antonio de Areco.

En Don Segundo Sombra nos encontramos con la narración en primera persona de un muchacho que al inicio se presenta como huérfano y que vive con sus tías una existencia infeliz; durante el trascurso de la historia encontrará su camino al aventurarse al hacer y aprender por sí mismo.

El narrador adolescente se ve atraído por la figura de un personaje intrigante que da nombre a la novela: Don Segundo Sombra, en que con el “Don” ya existe un tratamiento de respeto a quien se convertirá en su padrino, maestro, amigo, confidente. Don Segundo Sombra es un gaucho, un personaje característico de las llanuras. Vemos en don Segundo Sombra a un hombre maduro, sereno, ingenioso, de pocas palabras y hábil jinete y domador de caballos y ganado.

El protagonista del que no sabremos su nombre hasta casi el final de la novela, inicia con una vida infeliz y aburrida en el pueblo por lo que buscará seguir los pasos de don Segundo Sombra el cambio, el movimiento, la acción; nos veremos entonces transportados a las llanuras, a las pampas, a la vida ruda y salvaje de los hombres de campo que día con día se ganan el alimento. Así, al inicio nos encontramos con nuestro protagonista que es un niño de 14 años que vive en el pueblo con sus tías y que con el trascurso de la historia se convertirá en un joven maduro, con un nombre y heredero de las propiedades de su padre.

Este niño al inicio irá aprendiendo con experiencias y el apoyo de su padrino don Segundo Sombra, no sólo actividades y oficios sino experiencias de vida, valores, virtudes, lealtad... De acción en acción nuestro protagonista adquirirá experiencias y lecciones que le ayudarán a ir escalando en sus actividades y lo irán “curtiendo”, para así enfrentarse a los contratiempos que se le presentarán en el trabajo que realiza y que lo empujan a ir de un lado a otro.

Mediante la descripción de situaciones y paisajes nos encontraremos en las llanuras y como lectores poco a poco iremos presenciando una transformación del protagonista: de ser un vagabundo se convierte en un trabajador aplicado. Mediante el empleo de los diálogos nos daremos cuenta del carácter de los personajes.

“Mi padrino se quitó el chambergo y pasó el antebrazo por la frente, en señal de trabajoso pensamiento. Por fin, pareciendo haber encontrado inspiración, echó una mirada circular y prorrumpió con voz fuerte:

«Yo soy un carnero viejo de la majada'e San Blas.»

Dio una vuelta como prestándose a la observación:

«Ya me han visto por delante...»

Y tomando dirección lentamente hacia la puerta de salida concluyó con desgano:

«...ahora mirenmé de atrás.» (p. 62)

Existe el uso de diálogos cortos que por su concisión son certeros, así como personajes dicharacheros que muestran en una frase sabiduría, ironía, determinación.

A don Segundo Sombra siempre lo vemos por medio del adolescente que desde el momento en que lo conoce se siente atraído por su carácter, misterio y fuerza. Así construyen una amistad en donde él le llama padrino, e incluso lo llega a llamar “tata”, que sería la designación cariñosa y respetuosa hacia un padre… padre que al inicio no tiene el protagonista sino hasta casi al final cuando surge un padre que reconoce y deja en su testamento a este muchacho.

Es una búsqueda la que emprende el muchacho hasta finalizar con el encuentro sin desearlo de una herencia que le da riqueza material y un nombre: Fabio Cáceres, pero contrario a lo que pueda pensarse esto le provoca incertidumbre y ve truncada la vida que llevaba de gaucho. Al final, acepta esta nueva situación con el apoyo de su tutor, de su padrino don Segundo Sombra y amigos que le rodean. Es pues la búsqueda de un niño-adolescente a un estilo de vida y la madurez adquirida para afrontar su destino y saber que uno siempre será lo que desea como dice en su dedicatoria: “Al gaucho que llevo en mí, sacramente, como la custodia lleva la hostia.” (p. 2)

 

Referencia

Güiraldes, R. (2003). Don Segundo Sombra, Biblioteca Virtual Universal. Recuperado el 21 de octubre de 2020, de: https://biblioteca.org.ar/libros/92790.pdf

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